Cuando planeamos un viaje siempre estamos muy emocionados por todo lo que estamos a punto de vivir en esta nueva experiencia.
Muy pocas veces o casi nunca planeamos para las cosas que pueden salir mal. Y vaya que hay muchas malas experiencias que se pueden vivir en un viaje.
Cuando las cosas salen mal se puede deber a muchos factores ya sea causado por la aerolínea, por el mal tiempo, o peor aún, por nosotros mismos.
Hace unos meses estuve por primera vez en Nueva Zelanda, y ¡me encantó! Lo único que no me gustó de mi visita fue mi Bienvenida….
Llegando a Nueva Zelanda
En realidad esta mala experiencia no tiene nada que ver con el país, el trago amargo me llevé fue por culpa mía que no tomé precauciones.
Venía procedente de los Emiratos Árabes, había sido un vuelo fantástico a bordo de la mejor Primera Clase del Mundo en Etihad Airways.
Había estado anteriormente un par de veces en Dubai, y como siempre viajo solamente con una maleta de mano, realmente nunca compro nada.
En esta ocasión había invitado a mi novia al viaje, y como sucede normalmente hizo varias compras durante los días que estuvimos ahí.
Compras en Dubai
Uno de los lugares que más le gustó fue el Mercado de Especias de Dubai, en donde encuentras todo lo que te puedas imaginar.
Compramos muchas especias, dulces, y miel extra virgen que se veía deliciosa para ponerle a los smoothies.
Solamente se me olvidó un pequeño detalle, todavía visitaríamos más países antes de regresar a México.
Cuidado con Aduana en Otros Países y Artículos Prohibidos
Al llegar a Auckland, pasamos migración y llegamos a Aduana. Aquí nos preguntaron si traíamos alimentos, a lo que respondimos que No.
Nuestra respuesta fue negativa simplemente porque se nos había olvidado por completo que traíamos miel y especias, después de todo para nosotros era más como un souvenir que comida.
Al pasar nuestro equipaje por el escáner, les llamó la atención 2 artículos y decidieron inspeccionar nuestras maletas.
Rápidamente identificaron los pequeños tarros de miel con nueces. Revisaron nuestro formato de declaración y nos dijeron que eso estaba prohibido. Como ya habíamos declarado que no traíamos ningún alimento, técnicamente estábamos contrabandeando artículos no permitidos para ingresar al país.
Dijimos que se nos había olvidado que traíamos miel con nosotros. Ofrecimos unas disculpas y dijimos que podían desechar los contenedores de miel confiscados.
Aduana en Nueva Zelanda
Resulta que aceptaron nuestras disculpas, y desecharon la miel que no podía introducirse al país.
Nos invitaron a pasar a una oficina a llenar un formato para tal efecto. Nos pidieron los pasaportes, y unos minutos más tarde vino un oficial con unos documentos.
Nos entregaron nuestros pasaportes junto con un papel que era una multa. Nos hicimos acreedores a una módica multa de $450 USD por lo que acababa de ocurrir.
Teníamos 3 opciones: Pagar la multa en el momento, pagarla por internet, o imponer una queja para que nos la condonaran.
Nos fuimos tristes y con $450 USD menos. Ni modo.
Conclusión
Este tipo de situaciones se pueden presentar en cualquier parte del mundo, es por eso que siempre debemos declarar lo que traemos y asegurarnos que nunca estemos introduciendo a un país artículos prohibidos.
Me dio la impresión que en Nueva Zelanda son extremadamente estrictos con estas medidas, no éramos los únicos con este problema. Incluso, una familia tuvo que pagar la misma multa porque la niña de 5 años había agarrado una manzana en el lounge y la traía en su mochila. Al final de cuentas son medidas de protección para su país.
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